Este es un extracto de la sección sobre Susana González López en el libro «Manzanas podridas…».
Cuando vimos el caso de Amitav Hajra compartí con vosotros la reflexión en torno a esos admirables estudiantes que todos hemos conocido durante algún momento de nuestra carrera; esos favoritos de los jefes de departamento por su iluminación, inteligencia y productividad, tocados por la mano divina, pero «que desgraciadamente en algún momento de su carrera deciden desconectar su privilegiado cerebro de las fuentes de la pasión y la persistencia para conectarlo al caño de la ambición y la codicia, un licor que insertado en sus cerebros les aboca al precipicio de obscuras prácticas ajenas a la integridad y la ética» —reflexionaba en la página 40.
Imagino que no hace muchos años Susana González López formaría parte del club de las golden child, una joven brillante científica a la que todos admiraban por su capacidad investigadora —reflejada en el impacto internacional de sus publicaciones y en la financiación conseguida—, pero que, como comentaba también en la página 40 hablando de Merlin y el Caballero frente al manzano, quizá la presión del sistema y/o la mala gestión de la ambición la hicieron tomar decisiones erróneas. Algunos califican su caso como el de mayor fraude de la ciencia española.
Por lo reciente del caso y por su proximidad geográfica voy a intentar ser lo más aséptico posible, evitando juzgar los hechos; simplemente voy a facilitar información que se encuentra disponible para cualquiera a través de internet —por lo que esta parte del trabajo más que un ensayo parece un telegrama, disculpas. Comencemos.
Lo primero que me llama la atención al inicio de la fase de documentación es la poca información que sobre Susana aparece en internet; parece como si una de esas empresas que borran tu huella digital hubiese estado trabajando aquí, así que básicamente, la información disponible sobre el caso es la que podemos encontrar en periódicos y los artículos de Retraction Watch y de Leonid Schneider.
En 1994, Susana González se licenció en Química y Biología Molecular por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)165.
El 1 de Enero de 2000, defendió su tesis doctoral Estudio de la proteina PB1 del virus de la gripe: interacción con las otras subunidades de la polimerasa y con los moldes virales, vrna y crna, en la UAM, dirigida por Juan Ortín Montón166. Ese mismo año recibió una beca postdoctoral Human Frontier Science Program y comenzó su etapa en el equipo de Carlos Cordón-Cardó en la División de Patología Molecular del Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York.
En 2003 publicó en la revista Molecular and Cellular Biology el artículo p73α Regulation by Chk1 in Response to DNA Damage (nos referi- remos a él como MCB2003), junto a Carol Prives y Carlos Cordón-Cardo.
Tras su estancia en Estados Unidos, regresó a España y trabajó en el laboratorio de Manuel Serrano, en el Centro Nacional de Investi- gaciones Oncológicas (CNIO).
El 20 de marzo de 2006 consiguió publicar el artículo Oncogenic activity of Cdc6 through repression of the INK4/ARF locus en la revista Nature (nos referiremos a él como NATURE2006).
En 2007 se incorpora al Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), como jefa del grupo de Regulación Epigenética en el Envejecimiento y la Enfermedad Cardiaca.
El 18 de octubre de 2011 publica junto a otros colegas en la revista Nature Communications el artículo Ectopic expression of the histone methyltransferase Ezh2 in haematopoietic stem cells causes myeloproliferative disease (nos referiremos a él como NC2011).
El 1 de enero de 2012 consigue publicar junto a otros autores en Cell Cycle el artículo Bmi1 is critical to prevent Ikaros-mediated lymphoid priming in hematopoietic stem cells (nos referiremos a él como CELCY- 2012)170 .
En septiembre de 2014, Antonio Herrera Merchán, coautor de alguno de los artículos de Susana, sospechó de algunas de las imágenes utilizadas durante una conferencia que Susana impartió en el Congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular en Granada: la misma imagen (duplicada y ampliada) se mostraba como referencia de dos experimentos diferentes.
El 9 de marzo de 2015 publica el artículo Bmi1 limits dilated car- diomyopathy and heart failure by inhibiting cardiac senescence en la revista Nature Communications (lo llamaremos aquí NC2015)*.
En septiembre de 2015 el proyecto que dirige recibe una ERC Consolidator Grant (beca del Consejo Europeo de Investigación — ERC, por sus siglas en inglés— a jóvenes investigadores) por importe de 1,86 millones de euros, para intentar identificar (durante cinco años) la molécula natural que rejuveneció el corazón del ratón — presentado en el experimento que publicó en Nature Communications en 2015.
Entre 2015 y 2016, Herrera Merchán seguía investigando sus sospechas sobre el trabajo de Susana, cuando se tropezó con el hilo de la web PubPeer donde algunos científicos anónimos estaban poniendo en tela de juicio la publicación de González NC2015, mostrando en la web las imágenes de la controversia.
En enero de 2016, el investigador decidió informar a los responsables del CNIC después de haber discutido el tema con Susana. Tras constatar indicios de verdad e informar a la científica, el Comité Operativo del CNIC, en virtud del artículo 56 del Código de Buenas Prácticas aprobado el 20 de noviembre de 2015, creó un Comité de Iguales formado por tres investigadores sin conflicto de interés con la investigada, que se encargaría de escrutar exclusivamente las publicaciones…
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Querido Ángel,
Merece la pena destacar que al parecer no sólo Susana Gonzalez se benefició de estas falsificaciones, también lo hizo Antonio Herrera-Merchán que se apropió de un contrato de investigación de 3 años utilizando los trabajos retractados. Faltan algunos datos relevantes objetivos para ver correctamente la jugada:
2011-2012 Antonio Herrera-Merchan publica dos trabajos científicos en 2012 que finalmente acabarán retractados porque se demuestran con datos falseados y manipulados, los trabajos fueron:
A: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/22185780
B: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/28266546
2013 Herrera-Merchan consigue un contrato de investigación (con referencia oficial JCI-2012-11969) de 3 años utilizando los papers retractados A y B. Aquí los datos oficiales de la resolución:
https://sede.micinn.gob.es/stfls/eSede/Ficheros/2013/RESOLUCION_CONCESION_JC_31_10_2013.pdf
Esta persona consigue nada más y nada menos un contrato que un contrato de investigación de 3 años, usando estos artículos fraudulentos, que le hacen puntuar alto para arrebatarle este contrato que se otorga en concurso de méritos a otro investigador.
2015 Antonio Herrera-Merchan lee que sus trabajos están en Pubpeer (una página web de denuncia de trabajos manipulados). Según dice el mismo en su artículo de “el páis” (https://elpais.com/elpais/2017/03/07/ciencia/1488903640_769865.html): “Vi claramente que eran exactamente las mismas, solo que una era una ampliación de la otra. En ese momento, fue cuando me asusté y fui a la web PubPeer”, recuerda el investigador. Apresuradamente, buscó su nombre y el de Susana González y se quedó horrorizado. La web estaba llena de acusaciones anónimas contra estudios de su propia tesis doctoral…»
Me parece un poco extraño que descubra todas estas manipulaciones que él mismo dice que estaban en los artículos que fundamentaron su tesis doctoral, 5 años después de haberse publicado. Sobretodo porque fueron utilizados para fundamentar su tesis, y él era primer autor de una de los artículos retractados, y máximo responsable de generar los datos experimentales del mismo (por eso iba como primer autor). Esta historia no me parece verosimil porque quien ha escrito una tesis (o casi, como tú mismo lo sabes Ángel) sabe que uno analiza los datos una y otra vez hasta la extenuación los datos de la misma durante las correcciones, y se podía dar entonces cuenta de esas manipulaciones entonces.
2016 Antonio Herrera-Merchan decide denunciar a su jefa y escribe a los periódicos para filtrar datos y presentar su versión de los hechos (que no es contrastada con ningún otra) donde él aparece como un referente moral por descubrir que el paper en el que era primer autor era falso. ¿Qué mérito tiene descubrir que un artículo donde eres primer autor es falso? Otra cosa, es que hubiera descubierto las falsificaciones cuando estaba haciendo su tesis y la parase, que es lo que hizo Ángel.
A día de hoy no hay constancia de que haya devuelto el dinero de la beca que consiguió gracias a esos trabajos retractados y que tomó en lugar de un investigador que participó en el concurso de méritos sin artículos retractados.
Por último, aunque el artículo no se contrastó con más opiniones, varios lectores del mismo dejaron multiples comentarios que no tienen desperdicio. Dejo aquí uno de los mismos y que aun puede leerse como el comentario #70, que fue hecho por una compañera suya del CNIC:
«Oportunista o Demente? Este chico ha omitido q durante su estancia en el CNIC fue el favorito de su jefa Susana, tanto q a pesar de ser reconocido como conflictivo en el colectivo de investigadores, ella lo defendía y lo mantuvo en su grupo para hacer la tesis. Acaso como lacayo? Curiosamente se da cuenta de los errores de su jefa varios años después de haber trabajado con ella por más de 5 años codo con codo.Debe ser por aquello de que cuando se está lejos todo se ve con más claridad, no? Y ahora reclama trabajo? Con qué moral, después de haber firmado trabajos ajenos sin el mayor cuestionamiento y aprovechando los méritos q le otorgaron por dichos trabajos, como es el caso de su beca posdoctoral, beca que bien merecía otro investigador.Entonces me pregunto, no lo contratan por haber tirado de la manta o pq se quedó sin la gallinita de los huevos de oro desde el 2012, pq objetivamente desde entonces no publica nada? y para completar sus publicaciones de antes de 2012 están en tela de juicio.Por favor chaval, que no nacimos ayer, esto parece historieta para los peques, basta ya de victimismo improcedente.»
En fin, Angel, espero que esta información claramente expuesta te sirva para completar tu artículo.